¡¡Éste eres CRISTO!! ¡¡Ésta eres, Virgen María!!
Cristo nos haces discípulos muy cercanos, de tal modo que el día mismo de la Resurrección nos haces “mis Testigos”, y en tu Ascensión nos das la garantía más grande: “Yo estoy con vosotros todos los días” ¡Palabra! y ¡Sacramentos!
Y ese día anuncias la obra completa ¡¡Contaréis con mi Espíritu Santo!! Y comenzaste a darlo, estando reunidos con tu Madre, la Virgen. Ese día, tu Iglesia, los nacidos en la Cruz, cuando la lanzada del Imperio rasgó lo más profundo de tu misterio de AMOR, fuimos Confirmados, asegurados en la verdad y en la fuerza de tu AMOR por el mismo Espíritu que os une en Comunión Santa, la que habías pedido para tus discípulos en la noche Santa de la Eucaristía y la traición.
Cuando, a tu mandato, Cristo, los Ángeles la suben en fiesta grande, y Tú, Dios eterno hecho Hombre y tiempo de salvación, la sientas contigo a la derecha del Padre, pusiste la firma de la Trinidad Santa al misterio de Dios hecho tiempo de salvación, que ha sido y es tu Iglesia en los milenios de vida.
¡¡En ti, la primera, se hace realidad el Misterio de Salvación para quienes como Tú creemos!! ¡¡María: eres nuestra garantía anticipada!! Por eso, voltean campanas en todo el mundo, se estrenan vestidos, se crean dulces de sabores propios por la fuerza de Amor de tus Hijos, Madre de Dios y Madre de los cristianos de toda la Tierra.
¡¡¡Que siga esa Comunión con nuevos y creativos sones en toda la Tierra, porque está redimida contigo, y crea arte, brota amor, nacen vidas donde sólo se veía muerte, porque la muerte sólo es vencida si el amor es inmortal!!!